La cándida albicans es un hongo cuya presencia en nuestra boca es normal y frecuente. El problema es cuando prolifera en exceso debido a diferentes factores, el más común una bajada de las defensas. Los bebés y las personas mayores son las que más riesgo tienen de padecer candidiasis oral, junto a pacientes con el sistema inmunitario inhibido o que padecen determinadas enfermedades. También puede estar provocada por la ingesta de determinados medicamentos y son factores de riesgo una mala higiene oral, no cuidar la limpieza de las dentaduras postizas o sufrir sequedad bucal.

El Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife recomienda acudir al odontólogo siempre que se encuentren manchas blancas en la lengua y/o interior de las mejillas o lesiones ligeramente elevadas. En determinados casos, estas manchas pueden alcanzar las encías o extenderse por amígdalas o parte posterior de la garganta. El dentista realizará el diagnóstico adecuado y/o solicitará pruebas complementarias o derivará al paciente a otros médicos, con el fin de determinar si existen otras patologías tras la infección micótica.

Otros síntomas de la candidiasis oral son enrojecimiento, ardor o inflamación, que pueden ocasionar una dificultad en la deglución, el sangrado si se frotan las lesiones, el enrojecimiento o la aparición de grietas en las comisuras, una sensación algodonosa en la boca o la pérdida del gusto, entre otros.

Lactantes

Los bebés que están sufriendo los efectos de una candidiasis oral pueden presentar problemas para alimentarse, estar molestos e irritables. Además, si son lactantes, es muy posible que transmitan la enfermedad a sus madres, quienes pueden sentir dolor en pecho y/o pezones o presentar piel escamosa alrededor de estos.

También las personas con diabetes no controlada de forma adecuada presentarán un mayor riesgo de padecer candidiasis al contener su saliva altas dosis de azúcar.

Recomendaciones

Una vez diagnosticada la candidiasis y recetado el tratamiento adecuado en cada caso, es recomendable limpiar el cepillo con agua e hipoclorito sódico (consultar en farmacias) y renovarlo cada dos o tres meses.

Entre los consejos para prevenir esta afección se encuentran una higiene bucal adecuada, que incluya el uso de hilo dental y/o cepillo interproximal, además del habitual; limitar el consumo de alimentos que contienen azúcar; si se utiliza dentadura postiza seguir las recomendaciones del odontólogo para su correcta limpieza y recibir el tratamiento adecuado en caso de padecer xerostomía (sequedad bucal). Es fundamental no automedicarse y, ante la aparición de cualquiera de los síntomas descritos, acudir al dentista habitual.