Ante la celebración, este 28 de julio, del Día Mundial contra la Hepatitis, el Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife ha querido advertir de los efectos de esta patología en la salud bucodental, ya que los pacientes tienen mayor riesgo de desarrollar determinadas dolencias dentales. Aunque cada tipo de hepatitis se contagia de diferentes formas, es muy importante que las personas con esta enfermedad no compartan nunca los productos de higiene oral. Si el paciente se encuentra en una etapa de hepatitis activa, deben posponerse todo lo posible los tratamientos dentales, salvo que se trate de una urgencia.

La hepatitis es una inflamación del hígado producida por una infección o por determinadas causas de carácter no infeccioso, como puede ser el alcoholismo o enfermedades hereditarias tales como la fibrosis quística.

Efectos en la salud oral

El cuidado de la higiene oral debe incrementarse en las personas con hepatitis, ya que tienen una mayor tendencia a desarrollar infecciones, inflamación de encías, sequedad de boca o bruxismo. Además, la enfermedad provoca alteración en los efectos de determinados medicamentos usados en tratamientos dentales y que no son recomendables para estos pacientes, que presentan un mayor riesgo de hemorragia.

El paciente con hepatitis en la clínica dental

Las clínicas dentales están perfectamente preparadas para atender a pacientes con hepatitis que precisen de tratamiento odontológico. Una vez superada la fase aguda y estabilizado el tratamiento por los médicos especialista en la materia, el dentista puede aplicar las acciones necesarias para mejorar la salud bucodental del paciente, aplicando los protocolos adecuados para evitar contagios. En este sentido, tanto el dentista, como el personal auxiliar deben estar vestidos con ropa desechable y utilizar material también desechable en la intervención. El paciente debe ser citado en horarios de poca actividad, que faciliten las medidas necesarias de desinfección posterior.

Antes de practicar cualquier cirugía, el dentista pedirá los análisis previos necesarios sobre coagulación, dado que las personas con hepatitis son más propensas a sufrir hemorragias. El dentista, en coordinación con el equipo médico que atiende al paciente, coordinará el tratamiento dental y pautará la frecuencia de las revisiones bucodentales necesarias.